Los tiempos cambian, el día del trabajo inició un 1 de mayo de 1886 en Chicago, justo en una represión de obreros, que se manifestaban por las condiciones críticas de empleo, una lucha histórica, y un logro de los trabajadores.
A lo largo de la historia se han dado sucesos trascendentes en materia laboral, inolvidable el trabajo de los hermanos Flores Magón, que muchos de los derechos de los trabajadores es gracias a ellos, incluida la jornada de ocho horas de trabajo.
El tiempo no se detiene y en materia de trabajo menos, en la actualidad, y ya se contempla una semana laboral de cuatro días de trabajo y tres de descanso, y gracias al COVID, muchas empresas han puesto en marcha el Home Office, el trabajo desde casa, que la mayoría de empleados prefiere, pero los patrones advierten que no se tiene el mismo rendimiento.
Hace algunos años el día 1 de mayo en México era dedicado a los obreros, empleados, sindicalizados para que se manifestaran, desfilarán, pero con los cambios de gobiernos, de distinta ideología política, esta práctica fue casi desapareciendo.
En la actualidad en el calendario cívico de nuestro país, es descanso obligatorio, normalmente casi toda la plantilla laboral, la dedica de descanso, de vacaciones, de diversión, y en el mejor de los casos de reventón, las actuales generaciones tienen poco conocimiento del fin principal por el que fue creado,
Es verdad que para el empleado normalmente, las condiciones nunca son las mejores en el trabajo que sea, pero se va ganando terreno, no olvidar que las empresas privadas son las que generan la riqueza de un pueblo, y no el trabajo gobernamental o las dádivas clientelares que otorgan los diferentes gobiernos cuando están en el poder.
Que viva el Día del trabajo, siempre buscando el beneficio de los empleados, pero sin comerse ni destruir a las empresas o empresarios que son el sostén real de la economía de un país.
