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¿El T-MEC nos sacará de pobres?

La entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio entre México, Estados Unidos y Canadá, en 1994, generó muchas expectativas en nuestro país, se dijo que impulsaría el comercio, el empleo y el salario, sin embargo no todo se logró o algunas promesas se cumplieron a medias.

Con la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos vino la renovación de dicho tratado, que está a punto de concretarse, sólo falta la ratificación en los congresos de cada uno de los países socios.

Todo apunta a que pronto se ratifique, a pesar de las vorágines políticas que se han visto recientemente en Estados Unidos y México.

Nadie quiere que el comercio falle, las consecuencias podrían ser fatales, no sólo para la economía de la región, los alcances podrían ser mundiales y tal vez el más afectado sería México.

Pocos se sabe de los alcances reales de las nuevas reglas comerciales en Norteamérica, pero se prevé que el flujo de exportaciones de México a Estados Unidos aumentaría 3.8 por ciento, es decir en 12 mil 400 millones de dólares, y las de los estadounidenses a nuestro país crecerán 6.7 por ciento, lo que se traduce en 14 mil 200 millones de dólares.

¿El T-MEC nos sacará de pobres?

Mejores salarios para los mexicanos

Además, el acuerdo tiene una cláusula que tiene que ver con la Ley Federal del Trabajo, en específico con la negociación colectiva, lo que podría incrementar el salario en México en 17.2 por ciento.

Incluso el anexo 23-A del T-MEC obliga a México a establecer el derecho de los trabajadores a participar en actividades concertadas de negociación o protección colectivas en sus leyes laborales, al tiempo que prohíbe la coerción, el dominio o interferencia del empleador en actividades sindicales.

Industria automotriz

Por otra parte, se considera que los efectos más significativos del T-MEC para la economía de Estados Unidos se relacionan con disposiciones sobre el comercio digital, las industrias de servicios y las reglas de origen aplicables al sector automotor.

Con el TLCAN se exigía que un 62.5 por ciento de la producción de un automóvil ligero fuera hecha en alguno de los tres países para tener acceso a aranceles preferenciales, pero con el T-MEC se elevó al 75 por ciento.

¿El T-MEC nos sacará de pobres?

En el sector energético no hay mayores cambios ni en telecomunicaciones o la industria petrolera. Lo mismo ocurre con la agricultura y Estados Unidos podrá seguir vendiendo el maíz a un precio más bajo porque está subsidiado.

El nuevo tratado incorpora una cláusula que establece que los integrantes deben informar a los otros miembros sobre sus intenciones de iniciar un tratado de libre comercio con algún país que no opere bajo condiciones de libre mercado.

El acuerdo prevé que cualquiera de las tres partes implicadas puede rescindir el tratado en caso de que uno de los integrantes no cumpla con esta cláusula.

Las expectativas no son tan grandes cómo cuando se firmó el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, en realidad se ha procurado adaptar a las exigencias estadounidenses, pero hay espacio para que México saque ventaja en algunas cláusulas. Sin embargo, no veremos grandes cambios ni un impacto considerable en las exportaciones e importaciones.

Tampoco habrá beneficios importantes en el bolsillo de los mexicanos, pero la esperanza sigue viva.

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