Largas filas en las gasolineras, enojo y pérdidas económicas son algunos de los efectos de la estrategia del gobierno de Andrés Manuel López Obrador para combatir el robo de combustible.
Pablo González, presidente de la Asociación Mexicana de Empresarios Gasolineros, dijo que hay pérdidas económicas por más de 10 mil millones de pesos y aún no hay una fecha determinada para que se normalice el abasto, pues los ductos siguen cerrados.
Por su parte, el presidente del Consejo Coordinador Empresarial, Juan Pablo Castañón, reconoció las
medidas para combatir el robo de combustible y resaltó la necesidad de un plan detallado que permita a las
empresas administrar sus recursos.
Castañón dijo que:
“Pemex no puede solo y es necesario un plan integral que tenga medidas específicas, con tiempos, y en donde evidentemente desde el sector privado queremos colaborar para regularizar lo más rápido posible, y esperemos que esto se solucione pronto y no exista un desabasto y evidentemente no haya un incremento de precios y en la inflación”.
En tanto que Pemex llamó a la población a evitar compras de pánico de combustible, ya que esto puede
generar escasez del producto.
“En la Ciudad de México y área metropolitana se registraron compras extraordinarias, lo cual afecta la
normalidad y puede generar problemas de abasto en las estaciones de servicio y saturación en las
vialidades”, indicó.
