Científicos de la Universidad de Washington desarrollan una aplicación que permitirá a los smartphones detectar una sobredosis de opioides y alertar a otros para que le ayuden.
La aplicación se llama Second Chance (Segunda Oportunidad) y aún se encuentra en desarrollo.
Los creadores esperan que la aplicación sea aprobada por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) para vender la tecnología.
“La idea es que las personas puedan utilizar la aplicación durante el uso de opiáceos de manera que, si sufren una sobredosis, el teléfono pueda conectarlos con algún amigo o con servicios de emergencia para que reciban medicamentos para revertir la sobredosis, como la naloxona”, explicó Shyam Gollakota, uno de los creadores y profesor de la Escuela de Ingeniería e Informática de la Universidad de Washington.
¿Cómo funciona Second Chance?
Second Chance enviaría ondas de sonido inaudibles para el ser humano desde el teléfono al torso de la persona para monitorear el retorno de esas ondas y de esa forma registrar los patrones de respiración específicos que indiquen el estado de salud del usuario.
Para diseñar el algoritmo que reconociera los patrones correspondientes a una sobredosis, el equipo probó Second Chance con 194 participantes en un sitio de inyección seguro en Vancouver y también en una sala de operaciones con sobredosis simuladas.
En la clínica de Vancouver los participantes se inyectaron opiáceos bajo la supervisión del personal y fueron reanimados si sufrían una sobredosis.
Los resultados
Second Chance, instalado en un Galaxy S4, identificó correctamente alrededor del 96 por ciento de las sobredosis en las que la respiración se detuvo durante 10 segundos o menos, y en el 87 por ciento de los casos en que la respiración disminuyó significativamente.
También predijo correctamente 19 de las 20 sobredosis simuladas.
“A la gente le gustó que no usemos cámaras ni la identificación de voz de los usuarios, sólo estamos utilizando el rebote de las ondas de sonido”, dijo Rajalakshmi Nandakumar, candidato a doctorado en ciencias de la computación de la Universidad de Washington y uno de los creadores del proyecto.