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Llegó la cuesta de enero en plena austeridad republicana

Dos mil diecinueve fue un año especialmente difícil para la economía del país, ya que cerramos sin crecimiento, lo que inevitablemente repercute en los bolsillos de los mexicanos y luego de los gastos para las fiestas decembrinas y los tradicionales aumentos en tarifas y servicios públicos, la situación se complica mucho más.

La crisis para muchas familias mexicanas es tan grande que se considera que enero es uno de los meses más difíciles, en el que se recrudecen la tristeza y la depresión.

La salida más viable para muchos parecen ser las casas de empeño y en este año se prevé que de enero a la primera quincena de marzo registren un incremento de 10 a 15 por ciento en la demanda de préstamos, consideró Joel Rodríguez Navarro, director general de la Asociación Mexicana de Empresas de Servicios Prendarios (Amespre).

Llegó la cuesta de enero en plena austeridad republicana

Las casas de empeño están de fiesta

Pero en febrero y marzo el empeño se incrementa de manera considerable porque la gente ya no tiene reservas económicas y su única salida es empeñar sus electrodomésticos, joyas y hasta autos.

Cifras de la Amespre indican que cada año cerca de 10 millones de pignorantes acuden con sus agremiados para financiar sus gastos diarios. Situación que se agrava porque de acuerdo con la Asociación Nacional de Casas de Empeño, en México existen 40 millones de personas que no cuentan con acceso a un crédito bancario.

Lo que pocos saben es que las casas de empeño cobran tasas de interés promedio de hasta 7 por ciento mensual y algunas hasta 11.5 por ciento, lo que implica que los pignorantes pagarán entre 84 por ciento y 138 por ciento anual, además hay que sumar las comisiones, avalúos y seguros, por lo que el Costo Anual Total (CAT) supera 300 por ciento.

Ahora, en austeridad republicana, debemos enfrentar una de las más complicadas cuestas de enero.

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