Ahora el magnate empresario director ejecutivo de Tesla, Elon Musk, dio a conocer su más reciente proyecto, Neuralink. Esta ambiciosa propuesta trata de desarrollar un “cordón neural”, una tecnología que permita implantar, con un proceso quirúrgico, pequeños electrodos cerebrales en el cráneo humano que más adelante sean capaces de transferir información, datos y pensamientos entre la mente y un sistema computacional.
Musk expresó que “la aspiración a largo plazo con Neuralink sería lograr una simbiosis con la inteligencia artificial, sería como el disco duro del cerebro humano. Los seres humanos deben fusionarse con las máquinas”.
También Elon aseguró que la instalación de electrodos en la corteza motora del cerebro podría permitir la restauración de toda la funcionalidad de las extremidades, en los casos de parálisis.
Para esta titánica tarea, el ejecutivo dice contar con un grupo de ingenieros con la “inteligencia per cápita más alta” que jamás se haya reunido. Pero también es consciente de los riesgos que este proyecto podría representar a futuro, como la manipulación de las masas para influencias negativas o lo inverso, el fácil control de la inteligencia artificial del ser humano hacia las máquinas.