Nuestro país México, siempre se ha caracterizado por ser un país rico en todas sus vertientes, riquezas naturales, su gente, su color, su sabor y está en su olor.
México es envidiado hasta por su ubicación geográfica, su clima, sus playas, y muchas virtudes más que tiene nuestra querida República mexicana. Pero de repente, cómo si en medio de un dulce sueño nos levantara un fuerte movimiento como el de un temblor, vemos que nuestro país está sufriendo una fuerte sacudida, en materia política, económica y social.
De unos años para acá, con la llegada del gobierno de López Obrador, y su cuarta transformación, el país a sufrido un gran impacto, se quiere implementar una forma de gobernar, con una idea de izquierda absolutista, todo lo que huela pasado, creado por los gobiernos neoliberales está mal y hay que deshacerse de ello.
Primero fueron las grandes obras, que para el gobierno actual tenían el sello de los malos manejos y la corrupción, son innumerables las desapariciones de organismos autónomos que beneficiaban a gran parte de la sociedad, la educación pública ha sido trastocada, dejando a los infantes y jóvenes en condición muy precaria, se han arremetido contra los órganos electorales hasta buscar prácticamente su eliminación y como no se ha podido, se busca su modificación.
Son tan graves las fallas que inclusive organismos creados por el actual gobierno han desaparecido como INSABI, dejando la salud de los mexicanos devastada o los organismos de ciencia como el Conacyt, hay un afán de destruir o modificar todo, y peor aún, todo ponerlo en las manos de las fuerzas armadas.
Afortunadamente todavía tenemos uno de los tres poderes de la unión autónomo, independiente y por su bien actuar, enemigo directo del poder ejecutivo, lo que todavía sostiene a México es el PODER JUDICIAL.
