Uno de los tres poderes de La Unión, se ve como nunca “arrinconado”, según sabíamos, se establece en la constitución mexicana, para que el país tenga equilibrio, tres poderes que tendrían que ser parejos, equilibrados y ninguno por encima del otro: El Poder Ejecutivo, el presidente y su gobierno; El Poder Legislativo, diputados y senadores; El Poder Judicial, jueces y magistrados.
La dura realidad en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, es que el poder legislativo, está sometido a los designios del presidente, al tener mayoría (su partido y aliados) simple en las Cámaras de Diputados y Senadores, muchas de las decisiones del presidente pasan de mediato, sin objetar nada y sin modificarle ni un punto o coma.
Nadie de sus partidos afines, quiere ponerse contra Andrés Manuel, ni desatar su ira, al objetar o modificar lo que el ejecutivo federal envía al congreso, todos saben que quien desafía a López Obrador, puede ser evidenciado, en sus bienes, pertenencias o negocios, o también ser ignorado para que en el siguiente proceso electoral se quede literalmente fuera de la jugada y sin hueso.
Por orden del ejecutivo, en el ejercicio presupuestal del año 2024, se ha ordenado que al poder judicial se le haga un recorte de alrededor de 15,000 mil millones de pesos, desapareciendo más de una docena de fideicomisos, lo que se evidencia es una fuerte y severa respuesta, en otras palabras venganza, contra los ministros de la suprema corte por rechazar, cancelar o detener las decisiones y acciones que ha tomado el presidente Andrés Manuel en diversas áreas de la vida pública y política del país.
La Cámara de Diputados con mayoría de morena y aliados votará la suerte económica del poder judicial, todo hace suponer que vendrá un duro revés presupuestal para el ámbito de la justicia de este país, algunos dicen que le falta de recursos de poder judicial podría contravenir en una aplicación de justicia deficiente para los mexicanos, y otros advierten que si pegará directamente en los bolsillos de los trabajadores de a pie, que pertenecen al poder judicial, los que saben dicen que será momentáneo, ya lo advirtió la ministra presidenta Norma Piña “Silencio no implica inacción” porque vendrán una cascada de amparos y controversias constitucionales donde los ministros de la Corte Suprema serán juez y parte, pero mientras todo esto sucede ahora sí que tendremos un Poder Judicial “pobre”
