Después de casi un siglo de prohibición, Canadá legalizó la mariguana para uso recreativo, fiscalizando su venta y buscando ser un modelo mundial. El mercado tiene un potencial de cinco millones de consumidores, y de acuerdo con el primer ministro, Justin Trudeau, la medida deja las ganancias fuera de las manos de los criminales, y es que las autoridades buscan coartar el paraíso fiscal del crimen organizado que cada día tiene ganancias de 20 millones de dólares por las ventas ilegales de la mariguana, según cifras oficiales.
Una vez que entró en vigor la nueva legislación, decenas de personas esperaron durante horas a la puerta de una de las tiendas de la marca Tweed para poder adquirir legalmente los primeros gramos de cannabis.